domingo, 10 de junio de 2018

ELECCIÓN DEL SEXO DEL NO NACIDO

La Fecundación in Vitro (FIV) es la unión del óvulo con el espermatozoide en el laboratorio
-in vitro-, con el fin de obtener embriones ya fecundados para transferir al útero materno y que evolucionen hasta conseguir un embarazo. 
La fecundación de los óvulos puede llevarse a cabo mediante técnica de FIV convencional o Inyección Intracitoplasmática de Espermatozoides (ICSI). Es la técnica de Reproducción Asistida más utilizada en las clínicas de Medicina Reproductiva pero será el ginecólogo el que determine, tras un estudio previo sobre las posibles causas de la infertilidad, cuál es la más adecuada para cada caso.

Enlace inferior, documental sobre maternidad subrogada.
También se observa el procedimiento de la inseminacón In Vitro, así como la transferencia del embrión al vientre de la madre subrogada.





Imagen inferior, procedimiento de inyección intracitoplasmática de espermatozoide (ICSI)



Técnica postembrionaria: el DGP
La sigla DGP corresponde a diagnóstico genético preimplantacional, el cual tiene lugar una vez obtenidos los embriones en el laboratorio durante un tratamiento de fecundación in vitro (FIV).
La principal aplicación del DGP es la de seleccionar un embrión “genéticamente sano” para evitar tener un hijo con algún trastorno genético. 
Además, como esta técnica permite analizar todos los cromosomas del embrión, es posible observar la existencia del cromosoma X o Y y saber el sexo de cada uno y por ende asegurarse de que el sexo del recién nacido será el que hayamos deseado.






Desde el año 2009 en Estados Unidos  es legal la selección del sexo del neonato, en principio alegan razones de orden genéticas, aunque en el trasfondo, más del 50% de estas técnicas de selección del sexo a la carta, se realizan para asegurarse de que el embrión elegido posea  el cromosoma  X o Y, requerido  y deseado en el aporte genético del gameto masculino.

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