El espacio de Hilbert se describe habitualmente como un espacio totalmente abstracto, absolutamente remoto del mundo tridimensional de nuestra percepción ordinaria.
Pero existe un experimento muy conocido que exige la creación e una amplia "burbuja" de espacio hibertiano, incrustada en el interior de nuestro espacio cotidiano que en principio podemos tocar con la mano, el gato de Shorödinger.
Colapso natural
El análisis del espacio Hilbert ha proyectado una extraordinaria nueva luz sobre el proceso que denominamos colapso cuántico.
en 1970 Dieter Zeh de la Universidad de Heidelberg, demostró algo muy notable.
en un sistema que evoluciona en un espacio Hilbert, cuyos componentes interactúan de un modo significativo, las matemáticas predicen que, al menos a simple vista, las cosas parecen ocurrir de un modo que no tiene nada de selectivo, no hay nada que revele, por ejemplo, qué posición es probable que ocupe una determinada partícula, sin embargo empiezan a emerger configuraciones que son estables, en el sentido de que siguen siendo fuertemente afectadas
por parte de configuraciones "gemelas" de alta probabilidad, al tiempo que se ven influídas de una forma cada vez menos intensa
por configuraciones "gemelas" de baja probabilidad.
El proceso matemático por el que unas probabilidades incoherentes ejercen efectos cada vez menores las unas sobre las otras conoce como decoherencia.
Magnífica y utilísima síntesis.
ResponderEliminarSorprendente una vez más, por avanzada, las pesquisas de las ninfas oriundas de las esferas celestes de Ananda.