Durante el suave crepúsculo
el cielo resplandecía
con colores endrinos sobre anaranjados tenues.
Y mientras los evanescentes céfiros
se agitan ondulantes con languidez;
las verdes hojas
de los tristes sauces
iluminan la mirada de un dios sempiterno
bajo la eternidad misteriosa de un espacio infinito.
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