Bajo el quieto atardecer
se van tejiendo pausadamente las siluetas
de albor y crepúsculo a través del ocre sendero arbóreo.
Y mientras las blancas ramas de verde luna
evocan los pétalos tiernos
de sus flores de arco iris;
el delicado céfiro mece durante la tenue alborada las oscilaciones luminosas
de un sol crepuscular.
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