domingo, 4 de noviembre de 2018

JHOHN KEATS











Oda a la melancolía



No vayas alLeteo ni exprimas el morado acónito buscando su vino embriagador;

no dejes que tu pálida frente sea besada

por la noche, violácea uva de Proserpina.

No hagas tu rosario con los frutos del tejo

ni dejes que polilla o escarabajo sean
tu alma plañidera, ni que el búho nocturno contemple los misterios de tu honda tristeza. Pues la sombra a la sombra regresa, somnolienta, y ahoga la vigilia angustiosa del espíritu.

Pero cuando el acceso de atroz melancolía
se cierna repentino, cual nube desde el cielo que cuida de las flores combadas por el sol y que la verde colina desdibuja en su lluvia, enjuga tu tristeza en una rosa temprana
o en el salino arco iris de la ola marina
o en la hermosura esférica de las peonías; o, si tu amada expresa el motivo de su enfado, toma firme su mano, deja que en tanto truene y contempla, constante, sus ojos sin igual.
Con la Belleza habita, Belleza que es mortal.
También con la alegría, cuya mano en sus labios siempre esboza un adiós; y con el placer doliente que en tanto la abeja liba se torna veneno. Pues en el mismo templo del Placer, con su velo tiene su soberano numen Melancolía, aunque lo pueda ver sólo aquel cuya ansiosa boca muerde la uva fatal de la alegría.
Esa alma probará su tristísimo poder
y entre sus neblinosos trofeos será expuesta. 

A la soledad

¡Oh, Soledad! Si contigo debo vivir, Que no sea en el desordenado sufrir

De turbias y sombrías moradas, Subamos juntos la escalera empinada; Observatorio de la naturaleza, Contemplando del valle su delicadeza, Sus floridas laderas,

Su río cristalino corriendo; Permitid que vigile, soñoliento,

Bajo el tejado de verdes ramas, Donde los ciervos pasan como ráfajas, Agitando a las abejas en sus campanas. Pero, aunque con placer imagino Estas dulces escenas contigo,

El suave conversar de una mente, Cuyas palabras son imágenes inocentes, Es el placer de mi alma; y sin duda debe ser El mayor gozo de la humanidad, Soñar que tu raza pueda sufrir
Por dos espíritus que juntos deciden huir. 

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