La figura del andrógino ha sido una constante a lo largo de la historia de las distintas tradiciones y culturas humanas, por ello desde la mitología y la leyenda pretendo abordar dicha figura tan controvertida a la vez que fascinante.
Estos significados aparecen y siguen vivos en nuestros días cargados con innegable simbolismo ancestral, entendido éste, como el origen, germen de una cosmovisión con reminiscencias holísticas.
Al hablar del cosmos, me refiero al ámbito de las fuerzas energéticas y sutiles que emanan como fuerzas masculinas versus femeninas; el ámbito holístico hace referencia a la necesidad de unir las diferentes dimensiones, conformadas éstas en su germen por materias constitutivas de los diferentes planos, desde el mas sutil, entendido éste como poco perceptible, hasta llegar al puramente físico.
M. Eliade en su obra "Mefistófeles y el andrógino", afirma categóricamente que el andrógino es un "arquetipo universalmente difundido".
El arquetipo universalmente difundido, entendido éste como concepto de arquetipo, tal cual lo acuño Carl Gustav Jung,
" vendrían a ser "representaciones del inconsciente colectivo", los arquetipos poseen procesos dinámicos simbólicos. Según este autor a ciertos temas mitológicos a los que el denomina "arquetipo" estarían irremediablemente unidos a significados precisos.
" vendrían a ser "representaciones del inconsciente colectivo", los arquetipos poseen procesos dinámicos simbólicos. Según este autor a ciertos temas mitológicos a los que el denomina "arquetipo" estarían irremediablemente unidos a significados precisos.
Dramaturgia fundamental, los andróginos aparecen constantemente en las cosmogonías y las religiones más arcaicas; desarrollándose entre hombres, dioses y el ignoto cosmos. Los andróginos podrían ser lunares, participando a la vez del sol y de la tierra.
Las cosmogónicas míticas están lejos de estar organizadas por una divinidad suprema. A este respecto y desde una perspectiva del animismo y politeísmo nos encontramos con la tesis de la existencia de un Huevo Cósmico Primordial, el cual es engendrador del mundo, esto se realiza mediante un estallido o salida desde su interior. Esta idea nos remite por analogía a la envoltura placentaria que recubre el embrión humano dentro de la matriz materna, desde el cual es nutrido hasta el momento de su nacimiento como ser humano desarrollado.
Desde una mirada del contexto de cosmovisión, vemos como en las sociedades más arcaicas, constatamos la existencia de un ciclo que se repite, retornos cosmogónicos y míticos en los que existen uniones sexuales sagradas, o hierogamias.
Así a modo de mirada amplia observamos que en diversas culturas encontramos la figura de un andrógino sagrado.
Siguiendo con el planteamiento que hace Jean Libis, en su obra "El mito del Andrógino" vemos como en el antiguo Egipto encontramos que Ra el dios solar tiene una fuerza generadora completamente femenina; deviene por si mismo a la existencia de si mismo, (se autocrea) creando también la pareja Chu- Tefnut (Aire-Agua), después a Nut-Geb (Cielo-Tierra), esta premisa lleva implícita que Ra posee aunque sea en potencia la coexistencia de lo masculino y lo femenino; la divinidad no es pues ni masculino, ni femenina.
Encontramos a un dios Iranio, Zerván que es andrógino el cual dará a luz a unos hermanos gemelos Ormuzd y Ahrimán, el dios del Bien y el dios del Mal, el dios de La Luz y el dios de la oscuridad.
Esta dualidad es una constante, así como lo es también el nacimiento de gemelos a partir de un principio bisexuado.
En la mitologia griega persiste un gran número de divinidades las cuales su principal característica es la de ser bisexuales.
Tenemos el ejemplo de Hermafrodito, nacido de su padre el dios Hermes y de su madre la diosa Afrodita.
Las cosmogónicas míticas están lejos de estar organizadas por una divinidad suprema. A este respecto y desde una perspectiva del animismo y politeísmo nos encontramos con la tesis de la existencia de un Huevo Cósmico Primordial, el cual es engendrador del mundo, esto se realiza mediante un estallido o salida desde su interior. Esta idea nos remite por analogía a la envoltura placentaria que recubre el embrión humano dentro de la matriz materna, desde el cual es nutrido hasta el momento de su nacimiento como ser humano desarrollado.
Desde una mirada del contexto de cosmovisión, vemos como en las sociedades más arcaicas, constatamos la existencia de un ciclo que se repite, retornos cosmogónicos y míticos en los que existen uniones sexuales sagradas, o hierogamias.
Así a modo de mirada amplia observamos que en diversas culturas encontramos la figura de un andrógino sagrado.
Siguiendo con el planteamiento que hace Jean Libis, en su obra "El mito del Andrógino" vemos como en el antiguo Egipto encontramos que Ra el dios solar tiene una fuerza generadora completamente femenina; deviene por si mismo a la existencia de si mismo, (se autocrea) creando también la pareja Chu- Tefnut (Aire-Agua), después a Nut-Geb (Cielo-Tierra), esta premisa lleva implícita que Ra posee aunque sea en potencia la coexistencia de lo masculino y lo femenino; la divinidad no es pues ni masculino, ni femenina.
Encontramos a un dios Iranio, Zerván que es andrógino el cual dará a luz a unos hermanos gemelos Ormuzd y Ahrimán, el dios del Bien y el dios del Mal, el dios de La Luz y el dios de la oscuridad.
Esta dualidad es una constante, así como lo es también el nacimiento de gemelos a partir de un principio bisexuado.
En la mitologia griega persiste un gran número de divinidades las cuales su principal característica es la de ser bisexuales.
Tenemos el ejemplo de Hermafrodito, nacido de su padre el dios Hermes y de su madre la diosa Afrodita.
La referencia a un ancestro bisexuado, desaparecido no se sabe cómo o escindido en una pareja primordial, mutilado por el castigo divino, no constituye una figura aislada. Se la encuentra con variantes en numerosos relatos míticos, en las religiones politeístas, pero también en la Gnosis, la Kábala y la Alquimia. El escandaloso enigma de una bisexualidad original, tanto entre los dioses como entre los hombres, ha hecho nacer a lo largo de los siglos dramas e imágenes arquetípicas, creando así el mito universal del andrógino.
En el enlace inferior aparece la obra en pdf de Carl Gustav Jung, "ARQUETIPOS E INCONSCIENTE COECTIVO"
En el enlace inferior aparece la obra en pdf de Carl Gustav Jung, "ARQUETIPOS E INCONSCIENTE COECTIVO"
En la imagen inferior una imagen escultórica del personaje mitológico de Hermafrodita.
Fue Hermafrodita un personaje de la mitología griega, cuenta la leyenda que Hermafrodito era hijo de Hermes y Afrodita, el cual fueron las ninfas quienes estuvieron al cargo de su crianza, este personaje crecio en el monte Ida de Frigia.
A Hermes se le identifica también con el dios romano Mercurio, al cual se le atribuyó el patronazgo del comercio, fue una versión griega del dios egipcio Tot.
Afrodita, diosa de la mitologia griega, es la diosa del amor erótico.
En cultura antiguas vemos sus correspondientes equivalencias, así en la cultura sumaria sería Innana, en la fenicia se la representó como Astarté, Turán en la etrusca, y Venus en la cultura romana.
Volviendo al relato de Hermafrodito, éste cuando tenia 16 años abandonó su lugar natal para viajar por tierras de Asia Menor, durante esta travesía llegó hasta alcanzar un pozo de aguas cristalinas, en el cual habitaba Salmacis, una ninfa, estas Náyades o ninfas solían habitar en los ríos, los lagos, las fuentes, es decir, en todos los contextos en los que estuviera presente el elemento agua; encarnando la divinidad del cuerpo líquido que habitasen.
Salmacis, se enamoró de él en cuanto lo vio; aunque Hermafrodito no mostró ningún interés en la ninfa desde que la viera en aquel momento de su primer encuentro, incluso la rechazó, más no descartó sumergirse en un baño dentro su Pozo.
Salmacis aprovechó la ocasión y se metió en el agua junto a él, abrazándole mientras rogaba a los dioses para que quedasen unidos para la eternidad, de manera que ese ruego se hizo realidad fusionandose en una única criatura, hermafrodita, con órganos sexuales, masculinos y femeninos. Hermafrodito descontento con esta transformación rogó a sus padres que cualquier hombre que se sumergiese en el pozo de Salmacis le fuesen otorgados como a él atributos femeninos, deseo que terminó cumpliéndose.
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Enlace inferior de la obra "El Banquete" de Platón
http://www.filosofia.org/cla/pla/img/azf05285.pdf
Platón también hace referencia a la figura del mito del andrógino, en una de sus conversaciones cuando pone en boca de Aristófanes el siguiente argumento:
http://www.filosofia.org/cla/pla/img/azf05285.pdf
Platón también hace referencia a la figura del mito del andrógino, en una de sus conversaciones cuando pone en boca de Aristófanes el siguiente argumento:
"Tres fueron, al principio, las clases de hombres y no dos, como ahora, macho y hembra; que había, además, una clase común de ambas, de la que no queda sino el nombre, que ella, en su realidad, ha desaparecido. Porque lo macho y hembra fue, en su tiempo, una realidad visible, y con nombre común formado de ambos: de macho y de hembra, mientras que ahora no queda sino el nombre y aun lo es de oprobio". Además, el aspecto que a la vista presentaba cada hombre era, en total, redondo, con espalda y pechos dispuestos en círculo, con cuatro manos, con dos rostros perfectamente iguales sobre un solo cuello circular, una sola cabeza sobre ambos y opuestos rostros, cuatro orejas, dos vergüenzas y to- do lo demás a tenor y por semejanza cono lo dicho (...) Por estas razones tres eran las clases de hombres: lo var6n, por nacimiento y por principio engendro del Sol; lo hembra, de la Tierra, lo común de ambos, engendro de la Luna, que la Luna participa también de ambos"
Es Serafita el poema de la transformación que todo ser humano con ansias de plenitud es capaz de alcanzar hasta convertirse en un verdadero ser celestial de aquellos que con tanta naturalidad describió Swedenborg, quien por cierto, según la propia novela, se manifestó en Jarvis el día que nació Serafita, O Serafitus, según el género gramatical que le otorguemos, porque en definitiva se trata de un ser inmortal y, por tanto, asexuado; es decir: carente de la necesidad de reproducirse para salvar, al menos, su especie.
Séraphîta es una novela escrita en 1835 por el novelista y dramaturgo francés Honoré de Balzaç que se encuentra incluida en la sección de los Études philosophiques de la serie de novelas La comedia humana.
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En la obra "Los cantos de Maldoror" de Isidre Lucien Ducasse:
"El andrógino, representa, la extrema bondad, así como la virginal belleza que tanto ansia Maldoror. Durante el día, su vida transcurre entre buenas acciones, por la noche descansa en la espesura de un bosque floreado.
En el enlace inferior pdf de la obra LES CHANTS Du MALDOROR
En la obra "Los cantos de Maldoror" de Isidre Lucien Ducasse:
Es un ser puro, etéreo y empático, que sin embargo, es torturado y azotado por los hombres. En este sentido, Lautréamont vincula al andrógino con la inmadurez sexual del adolescente o la inocencia de los ángeles. Seres, todos ellos, aún no corrompidos por la maldad de un mundo adulto, pero que sin embargo sufren sus consecuencias.
Sólo e incomprendido, al hermafrodita únicamente le queda la ensoñación como espacio quimérico de realización, como refugio a su desgracia.
El hermafrodita ducassiano es un ser -al igual que Maldoror- condenado a la misantropía y a la soledad como única alternativa de supervivencia (Lautréamont, 1988: 160). Sobre ello insiste Pellegrini en su estudio sobre Ducasse: ―Es en el himno al hermafrodita donde la angustia del ser que es distinto aparece en toda su plenitud‖, y sigue ―[...] el hombre es solitario no por propia voluntad sino porque el medio le rechaza. En respuesta al ellos no me aman se afirma a sí mismo como distinto y encuentra refugio en su orgullo‖. Más adelante subraya: ―Es necesario insistir sobre el fenómeno del orgullo, pues, él preside a la dinámica del solitario, y, si falta, éste quedaría aniquilado. El orgullo transforma al solitario en rebelde, en acusador, o en místico‖ (Pellegrini, 2007: 41-42). Y es que en efecto, el hermafrodita, tal y como nos dice Lautréamont, se encuentra : ―Fatigué de la vie, et honteux de marcher parmi des êtres qui ne lui ressemblent pas, le désespoir a gagné son âme, et il s’en va seul, comme le mendiant de la vallée‖. (Lautréamont, 1988: 160)".
Sólo e incomprendido, al hermafrodita únicamente le queda la ensoñación como espacio quimérico de realización, como refugio a su desgracia.
El hermafrodita ducassiano es un ser -al igual que Maldoror- condenado a la misantropía y a la soledad como única alternativa de supervivencia (Lautréamont, 1988: 160). Sobre ello insiste Pellegrini en su estudio sobre Ducasse: ―Es en el himno al hermafrodita donde la angustia del ser que es distinto aparece en toda su plenitud‖, y sigue ―[...] el hombre es solitario no por propia voluntad sino porque el medio le rechaza. En respuesta al ellos no me aman se afirma a sí mismo como distinto y encuentra refugio en su orgullo‖. Más adelante subraya: ―Es necesario insistir sobre el fenómeno del orgullo, pues, él preside a la dinámica del solitario, y, si falta, éste quedaría aniquilado. El orgullo transforma al solitario en rebelde, en acusador, o en místico‖ (Pellegrini, 2007: 41-42). Y es que en efecto, el hermafrodita, tal y como nos dice Lautréamont, se encuentra : ―Fatigué de la vie, et honteux de marcher parmi des êtres qui ne lui ressemblent pas, le désespoir a gagné son âme, et il s’en va seul, comme le mendiant de la vallée‖. (Lautréamont, 1988: 160)".
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Fragmento de una Oda de la poetisa Safo:
Igual parece a los eternos Dioses
Quien logra verse frente a ti sentado.
¡Feliz si goza tu palabra suave,
Suave tu risa!
A mí en el pecho el corazón se oprime
Sólo en mirarte; ni la voz acierta
De mi garganta a prorrumpir;
y rota Calla la lengua.
Fuego sutil dentro mi cuerpo
todo Presto discurre;
los inciertos ojos Vagan sin rumbo;
los oídos hacen ronco zumbido.
Cúbrome toda de sudor helado;
Pálida quedo cual marchita yerba;
Y ya sin fuerzas, sin aliento, inerte,
Muerta parezco.
Suave tu risa!
A mí en el pecho el corazón se oprime
Sólo en mirarte; ni la voz acierta
De mi garganta a prorrumpir;
y rota Calla la lengua.
Fuego sutil dentro mi cuerpo
todo Presto discurre;
los inciertos ojos Vagan sin rumbo;
los oídos hacen ronco zumbido.
Cúbrome toda de sudor helado;
Pálida quedo cual marchita yerba;
Y ya sin fuerzas, sin aliento, inerte,
Muerta parezco.
Enlace inferior: Odas de Safo
http://www.biblioteca.org.ar/libros/131574.pdf
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